Escribo desde el bus, camino de Bilbao para la que espero sea la última despedida de “soltero” de la cuadrilla. Al escribir “cuadrilla” me acuerdo de la escenificada en Vaya Semanita, de la cual tampoco nosotros estamos tan alejados.Me hubiera gustado haberme podido quedare en Bilbao, mi “tierra”, de la que hace ya unos años “emigré”, pero el trabajo y el amor mandan. En cualquier caso creo que uno no quiere más a su tierra de lo que quiere a las personas que allí quedan. Por eso siempre hay añoranza de la gente, más que de la tierra en si misma. Sin negar que, por ejemplo, el mar de por allí me gusta y siempre lo tengo en el recuerdo, pero al igual que me gusta el mar de Cádiz, el de Almería, el de la Costa Brava, el de las Islas, por poner algunos ejemplos. Eso si, lo que no me gusta es la lluvia. Por eso sintiéndolo mucho no me jubilaré en Bilbao, que espero hacerlo al sol de una costa sureña, o isleña.
Por otra parte en todos los sitios que he vivido un tiempo he sido tratado muy bien. Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Madrid... En todas las cazuelas se cocinan los mismos guisos, unos al buen gusto y otros no tanto. Algunos de mis amigos dicen que soy un “despegado”, pero no seré yo al que le importe mucho si el sitio donde vive tiene bandera roja o azul.
Lo dicho, asustado que sube uno en el autobús, camino de reencontrarme La Cuadrilla. Eso si, me traeré de nuevo para Madrid el trofeo del campeonato de mus de esta despedida. Creo que los tengo todos. De Bilbao, pues.
