21 de agosto de 2015

De nuevo el dopaje

Hace un tiempo escribía por aquí sobre el caso de dopaje de Virginia, caso que de alguna manera me dolió más que otros por lo cercano y admiración (cercano por la historia de mi relación con el triatlón).
Estos días ha saltado otro caso representativo, de uno de nuestros pocos triatletas olímpicos que hemos tenido en este deporte, José María Merchán. 

La presunción de inocencia es algo necesario, imprescindible, ante un “inculpado”, algo que la Justicia debe tener escrupulosamente presente a la hora de estudiar un caso y atenerse a las pruebas y a los hechos.
Pero cuando un medio de comunicación aporta lo que parecen unas pruebas irrefutables del dopaje de un deportista, y actual directivo de la Federación Andaluza de Triatlón, al menos debiéramos poner en “cuarentena” nuestra valoración de inocencia sobre ese deportista/directivo, si es que la tuviéramos muy arraigada, que no sé si es lo mismo que admitir una presunción de culpabilidad.

(http://deportes.elpais.com/deportes/2015/08/18/actualidad/1439924787_754402.html)
 
Cabe la posibilidad de que los ficheros encontrados en el ordenador del entrenador sean totalmente inventados, y  que el entrenador y/o médico que llevaba a este deportista, junto con otros dopados ya sancionados, en este caso por el contrario no “prescribiera” sustancias dopantes, cabe la posibilidad.
Cabe la posibilidad de que cuando el entonces deportista describe en estos ficheros sus “ingestas” farmacológicas todo sea una trama inventada por algún individuo que quiere dañar a Merchán. Por caber, cabe la posibilidad:
 “IGF-1 [factor de crecimiento], HC [hormona de crecimiento], testosterona, insulina (solo en contadas ocasiones), eritropoyetina[EPO], (no he superado la tasa de 49 casi nunca. En muy raras ocasiones he pasado de 50), andriol [ANABOLIZANTE](sólo he hecho una vez un ciclo de siete días), Actovegin (sólo lo he utilizado en semanas de competición), una sola vez utilicé plasma sanguíneo….”

Pero lo que más sorprende es como algunos no solo aplican el principio de presunción de inocencia, lo cual está perfecto, sino que se pasan al otro lado, y e incluso esperan y piden que los que le critican sepan pedir excusas si es que lo tienen que hacer, pero no mencionan que en caso contrario serán ellos los que retirarán su amistad o apoyo a ese tramposo. Sorprende más cuando, por ejemplo, el que hace estas declaraciones es un ex representante de la Federación Española de Triatlón, con muchos años y conocimiento de este mundo. Puede ser que simplemente se le haya olvidado mencionar esta posibilidad, y en su caso esa sanción “popular”, que todos debiéramos realizar con los dopados, también la aplicaría él en este caso, al margen de conocer al personaje de toda la vida y de posibles nexos de amistad.

A veces  creo que en este país, y en cuanto a figuras deportivas se refiere, aplicamos más el principio de presunción de inocencia que el de culpabilidad (que en ningún caso debiera ser un principio, el de "culpabilidad", por supuesto, es una manera de expresarlo) incluso aunque el personaje haya sido sancionado y declarado culpable de doparse con solomillos de Irún, o pillado, y también sancionado, en la operación Puerto, seguimos ahí, apoyando a nuestros héroes, tramposos, pero héroes.
Ojalá en este caso podamos rectificar los que pensamos que el asunto pinta mal para Merchán. En cualquier caso jurídicamente, y en su caso, todo ha prescrito.
Merchán ha realizado un comunicado que en mi opinión es absolutamente tibio y aún arroja más sombras sobre el caso. Si a mí me ocurriera algo así (alguien me acusa de haberme dopado aportando pruebas falsas) me imagino en otra tesitura: Me iban a faltar periódicos y hojas de papel para defender mi inocencia, así como me iban a sobrar querellas en los juzgados:

Solo es una opinión más.