17 de noviembre de 2009

De belleza, de cuántica y de nostalgia



Ya lo comentaba, no tengo tiempo, o mejor dicho, tengo prioridades.
Lo cierto es que continuamente ponemos excusas para justificar todo aquello que dejamos de hacer, o que pensamos que debiéramos hacer. Mi lista es larga, casi interminable. Algunas cruces duelen más que otras.

Cuando era joven (más joven) e inquieto (más inquieto) disfrutaba leyendo, tampoco era ningún Juan Manuel de Prada o Arturo Pérez-Reverte, pero no faltaban las novelas de Ciencia Ficción (grande Asimov) los libros de divulgación científica (los Carl Sagan y cía) o incluso los Bukowski, por irnos al otro extremo… El caso es que no he leído demasiado, tampoco poco, pero lo cierto es que ahora no leo nada. Y como digo es cuestión de prioridades: Simplemente hay otras cosas que se colocan delante en la lista.

Y de la ciencia y “divulgación” hablamos. Y del pasado, y de cierta nostalgia. Y de la belleza, escondida.

Por aquel entonces (de más joven) la imaginación volaba rápido, rebelde incluso, negándose a aceptar las normas establecidas, no admitiendo la mayoría de las justificaciones que religiones y “pseudo-ciencias” nos daban para explicar las imperfecciones y lo incompleto del ser humano…

Y algunos buscamos en la ciencia el refugio para tanta incoherencia, para tantas preguntas sin responder. E intuimos, nos hicieron imaginar, que algo se esconde allí donde lo infinitamente pequeño se hace presente e importante, allí donde la cuántica busca respuestas a las grandes preguntas… y va encontrando las partes de lo que algún día será un todo, quizás.

Y por el camino las paradojas y las teorías con sus bases “cuánticas” nos hacen volar a universos paralelos, viajes en el tiempo o singularidades increíbles…

Sin olvidar que en mi caso este vuelo parte desde un pequeño, pequeñísimo balcón a muy baja altura, con una visión limitada, consecuencia de unas también limitadísimas neuronas con las que la genética quiso dotarnos… Afortunadamente tenemos la imaginación para bordear lo que no entendemos, para intuir lo que no podemos demostrar, para seguir los pasos de los quarks y leptones montados en cuerdas resonantes, como Aladin en su alfombra voladora, …

Y mientras escribo estas líneas me acabo de dar de alta en Spotify, que aunque no lo parezca está relacionado, y mucho, con las teorías de las “supercuerdas”, las teoría que pretende unificar las cuatro fuerzas fundamentales que conocemos.

Y la primera selección que hago en esta “emisora” de música es, como no, Loquillo, y los dos primeros temas que escucho son “Cadillac Solitario” y “Rock And Roll Star”, y es la nostalgia la que sale por los auriculares, la que se pega unos minutos a la piel. Nostalgia que llena de sentido muchas cosas.
Hoy leía en el blog de Clemente (siempre recomendable) un post que me ha situado en tantas escenas similares a la que él narra.

Y volvemos a la belleza, a la que siempre hay que perseguir, y a la teoría de las supercuerdas. A esos 26 universos que “provocan” alguna de estas teorías, a la belleza que emana de una formulación matemática que cierra un complicado proceso de demostraciones, pero nunca más bella que una cintura morena como a la que Loquillo canta en este mismo momento, en “La Mataré”.

Si has de perseguir la belleza vigilia tus pasos, no se vayan a tropezar con una complicada maraña de supercuerdas. Y ahora suena “Voy a ser una rock and roll star….Uhu, uhu, uhu, nena, voy a ser una "r'n'r star…”


8 comentarios:

Nacho Cembellín dijo...

;-)

Ishtar dijo...

El querer hacer cosas es buenísimo, pero no podemos dejarnos llevar por el ansia y tenemos que ser conscientes, como dices, de que tenemos que ponernos prioridades, que no en la vida necesariamente, sino en una época determinada. Vamos, que en algún momento retomaré el alemán, mi oxidado bajo eléctrico y hasta la ciencia jeje, pero es verdad que a la gente activa nos cuesta renunciar a cosas, porque nuestra mente va por delante de lo que nuestro cuerpo nos permite... aún me pregunto cómo hay tanta gente que gasta tantas horas "haciendo nada"...

Pero vamos, todo este rollo para decirte que espero que disfrutes de tu nueva pirámide de prioridades :-) y que espero que no haya nada "chungo" detrás, que haya sido decisión 100% meditada y personal.

Besicos!

Zubi dijo...

Osea que además de parecernos en los síntomas, me parece que también en los antecedentes. Así que supongo que en la Universidad eras de los que leía a autores como "Eisberg Resnick" no?

Que tiempos!!, no se si buenos o malos pero que tiempos!!

Atalanta dijo...

Muy buen post. ¡¡Qué recuerdos Loquillo!! En tiempos era rocker talibán. Canciones que me recuerdan a aulas de instituto, a ella, a la música como algo que te servía para reafirmarte de forma visceral y absurda.

edecast dijo...

Nacho: ;-))))

Ishtar: Así es, todo depende del valor que tengan las renuncias, y que al final no se puede llegar a todo ;-)
Nada "chungo" detrás, gracias. Son sólo "replanteamientos" ;-)
¿Bajo eléctrico? ;-)) Bueno, bueno, habrá que verte...
Otros besicos pallá y gracias

Zubi: Aupa! Pues ahora no le pongo "cara" a Eisberg, pero me suena a algún libro de "asignatura" en 3º.
Efectivamente, que tiempos!

Atalanta: Bueno, yo me sigo "reafirmando", a mi edad... ;-)
Me estoy poniendo al día con música en tu blog, pero voy muy retrasado... Thanks! Y saludos.

Dani dijo...

No se tropiezan, se lanzan...

Zubi dijo...

Física Cuantica en 3º, todo un clásico!!!

edecast dijo...

Dani: Hay un cierto sentido escondido difícil de desvelar ;-)

Zubi: Ya decía yo que me sonaba a libro de "texto"