13 de octubre de 2010

Aventura fallida


Comentaba el otro día que nos íbamos de aventura a correr un IM con muchas dudas, pero con la esperanza de poder correr “dignamente”. Por resumirlo digamos que fue una aventura fallida que obliga a replantearse cosas en esto del triatlón, no sin seguir con esperanzas y ánimos, pero quizás con cambios de perspectivas y objetivos.

La natación tranquila, cogiendo pies fáciles allá por el 1000 y yendo muy, muy relajado hasta salir en la playa en los tiempos de siempre. En la bici bien, a ritmo, sin forzar mucho, pero con los primeros avisos de mi “tema” cuando tengo que dejar de comer barritas porque el estómago dice “no”. A falta de menos de 10 kms dos pinchazos en los que pierdo mucho tiempo porque las cubiertas nuevas se resisten a entrar en la llanta. Así que después de las típicas maldiciones nos bajamos a correr. Llamarlo correr es un poco atrevido, es correr si consideramos que no andamos en todo el recorrido, más allá de los pasos de avituallamiento, WCs…, pero correr lo que si dice correr, no pudimos correr, mis tripas y yo, que no, que no corrimos, nos arrastramos. Ahorrando detalles a partir de la 10ª parada en WCs ya dejé de contar, me salía del recorrido buscando esos bares o tiendas de socorro, los propietarios me miraban y se reían cuando repetía la visita en la siguiente vuelta, o incluso en la misma vuelta pero en el sentido contrario… Y las piernas rotas, rotas y con un dolor en los cuadriceps que se hacía insoportable…
Nunca lo había pasado tan mal en una carrera, y eso que Austria y Suiza fueron del estilo por lo mismo, pero aquí nos superamos. En el km3 de la maratón me tenía que haber retirado, no tenía sentido, pero sólo hubo una razón para intentar acabar, y aunque pueda sonar ridícula, el caso es que allí en carrera, mientras arrastraba mis piernas por los kms, era la “razón”, y es que Eneko y Sara estaban en la zona de meta, esperando a que llegara…
Haciendo memoria nunca me he retirado de una carrera, y eso que he pasado por situaciones de todo tipo, pero parece que tengo que buscar la razón para no dejarme tomar el camino que en algunas ocasiones hubiera sido el más adecuado.

Al final llegamos en casi 11 horas, la sonrisa que llevo entrando en meta con Eneko esconde 4 horas de agonía en la maratón, verdadera agonía. Pero guardaré ese recuerdo de meta en la memoria, porque es el que logró que llegara. También guardaré algunas reflexiones.

Por ejemplo. En todo este tiempo después del diagnosticado de mi “tema” no me había encontrado tan bien como en estos últimos 2 meses, mi vida de “civil” es prácticamente normal, e incluso también los entrenamientos con algunas excepciones de días, pero a pesar de esta mejoría el caso es que en el IM de Barcelona el comportamiento de la CU fue el más salvaje de estos 3 años… ¿Significa esto que ya es imposible correr IMs? Puede ser. Pero no arrojemos la toalla, no de momento.

Este año 2011 ya me he comprometido con Sara a que no haré IM, pero intentaré correr otras pruebas, quizás medios IM u otras LD, siempre y cuando nos encontremos con una salud equivalente a este final de año. Intentaremos probar alguna cosa nueva en la alimentación, alguna diferente también en carrera, y veremos también si es cuestión de dar más tiempo al cuerpo. Quizás en 2012…

En cualquier caso el IM no es más que una meta, como siempre lo importante está en el camino, camino que espero que sea al menos como en estos últimos meses y que podemos recorrer con cierta normalidad, y de esta forma seguir entrenando: Corriendo por el monte Valdelatas, saliendo en bici con la grupeta los fines de semana y deleitando a todos mis amigos con mi estilo “Total Inmersión” en la piscina de Valdelasfuentes. El camino es lo importante, disfrutar en el día a día. La meta se puede cambiar.

Sobre el Challenge-Barcelona en si misma comentar que me pareció un triatlón bien organizado. La salida por tandas de grupos de edad permitía nadar con comodidad, a la vez que esas salidas reducen la posibilidad de drafting. Drafting que yo en toda la carrera no vi, salvo una excepción.
El mar como un plato, aunque al día siguiente salio un día de olas que si tenemos que hacer allí los 3800m alguno no salimos… Con el viento igual, el día de la carrera sin viento apenas, pero al día siguiente el vendaval era considerable y la bici hubiera sido otra cosa. El circuito a 3 vueltas (2 iguales y otra más corta), bien, rápido, con la salvedad del callejeo para entrar y salir de Calella.
Y la maratón a 4 vueltas también bien aunque un poco feucho el recorrido, quizás en la zona pudiera hacerse un trazado un poco más vistoso, pero vamos, bien.
Al final de carrera una amplia zona de masajes en la que no tuve ni que esperar y un correcto catering de repostaje.
Es un IM que para muchos puede ser una buena opción, incluso de apuntarse a última hora (Yo lo hice 10 días antes), de momento en estas primeras ediciones no hay problema de plazas, al final este año fuimos pocos más de mil, en el que puedes ir en coche prácticamente desde cualquier punto, y en el que hay alojamiento sin problemas, y además muy económicos.

Y como adicional y si el tiempo acompaña (Este año lo hizo), puedes pasar unos días post Ironman de vacaciones. Barcelona y Gerona a un paso. Playitas, algunos pueblos con encanto no muy lejos, etc.

Seguimos en ello. Bye.