El otro día hablaba, divagaba, sobre los 8 minutos que tarda la luz del Sol en llegar a la Tierra. Hoy hablo de otros 8 minutos. De los 8 minutos que tardo en cruzar el descampado que está pegado a mi casa y llegar al monte Valdelatas (fotos-1, fotos-2). Y casi la importancia de esos 8 minutos es comparable.
En una conocida revista de running, para más señas “Runners” (Hay que hacerla publicidad que este mes nos saca al equipo Enphorma Triatlon en un pequeño reportaje) hay una sección que consiste en una evocadora fotografía a doble página de alguien corriendo, con el texto “Correr nos hace libres”, y una pequeña reseña de la experiencia de la fotografía. Me gusta la frase, resume bastante bien lo que para muchos de nosotros es correr.
Después de esos 8 minutos del descampado llego a una pequeña loma donde se divisa desde lo alto la totalidad de la extensión de este monte de pinos, y en el cual me sumerjo con mis zapatillas, mis pensamientos, mis dudas y mis certezas. Donde los ladrillos de mi mundo interior se van asentando unos sobre otros, y donde las cosas tienen sentido o dejan de tenerlo, pero es ahí, en esas zancadas, donde quedan en un estado o en otro. Ese es mi espacio, es mi tiempo, soy su dueño. Se puede decir que ese espacio me hace libre, me hace crecer, y me hace asentarme, donde muchas cosas son o no son, pero quedan determinadas, en un sentido o en otro. A 8 minutos, escasos 8 minutos de distancia.
Hoy he corrido después de más de una semana sin zancadas, y es que mi pierna ha querido volver a entrar en la sintomatología trombótica: Mismos dolores, mismas molestias, pero sin evidencia alguna de la trombosis que tuve hace meses. Después de muchas pruebas (Gammagrafías, TACs, Ecografías, etc) parece que no se encuentra causa física visible, y que todo parece indicar que es algún tipo de enfermedad derivada de la medicación de la CU o de la propia CU. CU que por otra parte sigue en su rebeldía habitual que ahora intentamos controlar con 48 mg de corticoides que llevo en el cuerpo todos los días (entre otras cosas) hasta que empecemos a bajar la dosis. O hasta que empecemos con medicación biológica que de momento se cortan en darme. Después de esta fase, y ver como termina, y a pesar de mi poca fe en medicinas alternativas, creo que ya definitivamente probaremos alguna, comenzando por la recomendación de Juanvir en homeopatía. Así que ese es el sino por el momento, corremos cuando podemos correr, nadamos cuando podemos nadar y hacemos bici cuando ídem. Aún así vamos tirando, vamos sumando horas de entrenamiento (sin orden ni concierto) y vamos sitiéndonos libres cuando podemos.
A lo que iba que ya me he perdido. Hoy 1:25 de carrera discontinua por Valdelatas, discontinua por las obligadas paradas para abonar la tierra, no sin otro fin de que no se me mueran los pinos, ya les cuido como si fueran hijos míos ;-) y estrenando las Salomon de Trail que los Chulos me regalaron por mi 42 cumpleaños y que con pena he manchado de barro en su estreno, y más que iré manchando, pero que me han dado las “alas” para explorar Valdelatas por fuera de pistas, entre matorrales y piedras, gracias Chulos, y también a la Chula Espe que además se encarga de las gestiones de compras deportivas a través de su tienda gr10trail.